¿Debe México replantear su relación con China?
Análisis por Lizbeth Padilla, CNN en Español
Las crecientes disputas entre Estados Unidos y China ponen a México en una encrucijada comercial. Mientras el país busca fortalecer su relación con su principal socio, enfrenta presiones para limitar sus lazos con el gigante asiático, su tercer destino de exportaciones. Ante ese escenario, ¿debe México dejar de lado a China para dar gusto al Gobierno del presidente Donald Trump?
Los especialistas consultados por CNN advierten que México debe trazar una estrategia clara para mantener el equilibrio, proteger su autonomía económica y evitar ceder ante chantajes políticos.
Enrique Dussel Peters, coordinador del Centro de Estudios China-México (Cechimex) de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala que este país debe abandonar la idea de alinearse exclusivamente con EE.UU. “Hay sectores en México que insisten en que somos parte de América del Norte y debiéramos concentrarnos solo en Estados Unidos, pero eso no es realista. No podemos cerrar los ojos a China”, dijo.
En esto coincide Aribel Contreras Suárez, coordinadora de la licenciatura en Negocios Mundiales de la Universidad Iberoamericana: “No podemos tratar como pares iguales a Washington y a Beijing. Nos guste o no, estamos casados con Estados Unidos, pero tampoco podemos darle la espalda a China”.
Dussel, especialista en la relación entre México y China, explica que la dinámica actual no puede entenderse sin considerar la “nueva relación triangular”, en la que México interactúa simultáneamente con China y EE.UU. “México es claramente la economía más débil ante las dos más grandes del mundo”, señala.
Dussel destaca la creciente dependencia mexicana de los productos chinos, lo que hace inviable cualquier intento drástico de romper la relación comercial. “Imaginémonos un día sin China en México: estaríamos caminando descalzos, sin ropa interior, las telecomunicaciones no funcionarían, tampoco el metro, puertos y aeropuertos”, explica.
En 2024, el 83% de las exportaciones mexicanas tuvieron como destino Estados Unidos; en contraste, solo 1,6% de las ventas va a China. Pero en cuanto a importaciones, China es el segundo proveedor de México con 20%. El primero es EE.UU., con 40,2%.
Dussel explica que parte de las exportaciones mexicanas a Estados Unidos contienen componentes chinos, pues las empresas extranjeras establecidas en México, muchas de ellas estadounidenses, los importan desde China. “Como General Motors, Ford, IBM o General Electric, entre otras”, detalla Dussel.
En 2023 y según datos oficiales, México compró principalmente teléfonos a China, incluidos celulares y otros dispositivos inalámbricos (8,9%). Le siguieron las partes y accesorios de máquinas (4,52%), las partes y accesorios de vehículos (3,93%), las máquinas y unidades de procesamiento de datos (3,62%) y los circuitos electrónicos (3,61%).
Para la analista internacional Aribel Contreras, la presión estadounidense sobre México para frenar su relación con China no es un fenómeno reciente, pero se ha intensificado con la política arancelaria de Trump. “Trump está empujando y presionando a México para que haga un frente común y se alinee con los aranceles que Estados Unidos impone a China”, advierte.
Estados Unidos y China también tienen comercio. En 2023, EE.UU. le compró al gigante asiático equipos de transmisión, ordenadores y máquinas de oficina. Mientras tanto, China importó de Estados Unidos soja, petróleo y gas petróleo.
La presidenta Claudia Sheinbaum anunció en su conferencia matutina del 6 de marzo que revisaría los aranceles que impone México a China y que se privilegiaría el comercio con los países con los haya tratado, como EE.UU. y Canadá.
“Nosotros, recuerden, no tenemos tratado comercial con China y estamos importando muchísimos productos de China”, dijo la mandataria, el mismo día en que Trump anunció que se aplicarían aranceles de 25% a los productos mexicanos incluidos en el T-MEC.
Contreras señala que México no puede permitirse actuar con “cabeza fría”, frase que ha utilizado la presidenta Claudia Sheinbaum sobre cómo reaccionar ante los embates de Trump.
La internacionalista señala que el gobierno debe ser estratégico para mantener el equilibrio en sus relaciones con Estados Unidos y China.
“Se tiene que tener una gran capacidad actividad analítica y trazar una hoja de ruta estratégica para ver cómo se va por un lado a enfrentar a esta guerra arancelaria, pero por el otro lado, cómo balancear esta relación con China que no los podemos totalmente alejar de nosotros, pero tampoco se puede continuar con la manera en que la arquitectura comercial se sigue teniendo con el gigante asiático”, expuso Contreras.
México tiene 14 tratados de Libre Comercio vigentes con 52 países, 30 acuerdos para la Promoción y Protección Recíproca de las Inversiones con 31 países o regiones administrativas y nueve acuerdos de alcance limitado, según el Gobierno; pero entre ellos no está China.
¿Le convendría a México un tratado comercial con ellos? Dussel señala que la economía china ha avanzado tecnológicamente, lo que ha generado una brecha creciente con México en varios sectores. Aunque a principios del siglo XXI aún existía cierta competencia, especialmente en la cadena de hilo-textil-confección, hoy China se ha especializado en nuevos materiales y tecnologías avanzadas, mientras que México sigue enfocado en la confección y elaboración de componentes.
“Entonces, crecientemente, me temo que estamos en ligas diferentes en cuanto a la posible competencia. En algunos casos seguramente nos puede convenir (un tratado), en otros no”, dijo Dussel.
Contreras considera que un tratado comercial con China no sería estratégico para México, ya que el país exporta muy poco al gigante asiático, por lo que los principales beneficiados serían los chinos, no los productos mexicanos. En lugar de buscar un acuerdo de este tipo, señala que la clave está en aprovechar la posición geográfica, política y comercial de México para mantener un equilibrio: “Hacer el guiño a Washington sin cerrar precisamente el ojo a Beijing”.
Agrega que México debe “decidir cómo movernos de manera cautelosa con China. ¿Por qué? Porque también recibimos inversiones y porque también hay empresas mexicanas establecidas en China que hacen negocios”.
También advierte de que México enfrenta un obstáculo adicional: el artículo 32.10 del T-MEC. Este apartado establece que si alguno de las tres firmantes (México, Estados Unidos o Canadá) desea establecer un tratado de libre comercio con un país que no sea considerado una economía de mercado (como China), deberá contar con la aprobación de las otras dos.
“México no está en condiciones políticas para coquetear con China y decir ‘vamos a hacer un tratado de libre comercio’, porque EE.UU. simplemente no lo permitirá”, explica Contreras.
En enero, la presidenta Claudia Sheinbaum presentó el Plan México, que busca fortalecer el mercado nacional y los regionales, impulsar la industria mexicana y sustituir las importaciones por productos locales, en especial en sectores como textil, calzado y electrónica.
“Buscamos que el 50% de la proveeduría y consumo nacional sea hecho en México”, dijo la mandataria.
En 2024, las importaciones de México a China superaron los US$ 129.000 millones, solo por debajo de EE.UU., con más de US$ 250.000 millones, según datos del Banco de México (Banxico).
Dussel Peters advierte de que este proceso no es sencillo ni inmediato. “Si queremos sustituir importaciones chinas, se requiere A) de tiempo y B) de recursos”, aclara.
Un ejemplo es el caso de la industria automotriz: “México es un gran exportador, más de 3 millones de autos al año. Si consideramos cuatro llantas por auto más una extra, hablamos de 15 millones de llantas. Si quisiéramos sustituir las llantas chinas, necesitaríamos un proyecto conjunto con el sector empresarial para expandir o crear plantas en México, Canadá o Estados Unidos. Esto no saldrá gratis ni de la noche a la mañana”.
Una medida aplicada por el Gobierno de Sheinbaum fue imponer un arancel de 19% a los productos importados desde países que no tienen tratados con México. Esto incluye a lo que venden plataformas asiáticas como Shein, Temu, AliExpress, entre otras. La mandataria señaló que este arancel busca fortalecer industrias como la textil y la zapatera. https://cnnespanol.cnn.com/2025/02/19/mexico/quienes-ganan-quienes-pierden-impuestos-shein-temu-trax
Contreras califica de “meramente retórica” la narrativa oficial que justifica los aranceles a productos asiáticos como una medida para proteger la industria nacional. “Claro que México ha sido afectado por el comercio chino, pero desde hace décadas, esto no es de ahorita, esto no es de hace cuatro meses. En México se han visto gravemente afectadas la industria del juguete, el sector textil, el sector del calzado”.
Ni estas afectaciones ni el golpeteo desde Washington son nuevos, dice Contreras, “lo que es nuevo es cómo está reaccionando el gobierno federal mexicano. Ya hasta que tiene el incendio encima está empezando a ver qué bombero va a llegar, políticamente hablando, para agarrar un extintor político comercial, para empezar a pagar los juegos que estamos teniendo frente al inquilino de la Casa Blanca”.
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