Las siete cruces de Soledad guardan el secreto de 50 braceros que lucharon por su vida en el “Holocausto de Soledad,” de 1958
Sandra Iveth Santos
SOLEDAD, Calif., (KMUV-TV)— El autor Zacatecano, Álvaro Mercado, publico el mes pasado la recopilación de 120 historias de inmigrantes, entre estos relatos cuenta la historia de tres tragedias que cobraron la vida de docenas de braceros en los años 50.
Esto se produce justo cuando la comunidad inmigrante teme ante las posibles decisiones del nuevo gobierno estadounidense y la promesa de órdenes masivas por parte del Presidente electo Donald Trump.
Entre las 120 historias de inmigrantes en el libro titulado “Migrante” por Álvaro Mercado, se encuentran las historias de los braceros y su vida como trabajadores agrícolas en el Condado de Monterey. Pero también cuenta de los eventos que terminaron con sus vidas de maneras trágicas. Dos en el Condado de Monterey y uno en el Condado de Fresno.
Una de las historias más reconocidas y recordadas cada año es “La Tragedia de Chualar.” Sin embargo, existieron al menos tres tragedias más, las cuales llevaron al término del Programa Migrante en los años 60. “El Holocausto de Soledad,” y “Naufragio de un avión en Los Gatos.”
El Holocausto de Soledad, 1958
El 17 de junio de 1958, en la ciudad de Soledad, al sur del Condado de Monterey, 14 braceros murieron mientras luchaban desesperadamente por escapar de las llamas y otros 17 braceros fueron hospitalizados en estado muy crítico.
El Consejo Nacional de Seguridad consideró este incendio como la peor tragedia automovilística sin colisión del país.
Esta historia es muy poco reconocida para los hogareños, el autor Álvaro Mercado, narra en su libro, “Migrante,” como conoció de esta tragedia desde la perspectiva de un testigo, Frank Meléndez, quien en ese entonces solo tenía 10 años.
Frank y su abuelo, Ignacio Alvarado, transitaban las calles de Soledad, cuando ocurrió la explosión de un carro que transportaba a estos braceros. Frank dice que en ese entonces, eran vehículos convertidos ilegalmente que se utilizaba para transportar braceros, y estos eran encerrados con cadenas por la parte de afuera.
Ese día, el camión transportaba al menos a 50 trabajadores. El conductor no advirtió sobre el posible peligro, y un trabajador encendió un cigarrillo, lo que prendió fuego inmediato a dos contenedores de gasolina colocados debajo de los bancos donde iban sentados.
El abuelo de Frank, Ignacio Alvarado, entonces corrió a socorrer a estos trabajadores, pudo rescatar al menos una docena de ellos, pero desafortunadamente 14 trabajadores murieron en el incendio. Al transcurso de los días, siete cuerpos fueron reclamados por sus familiares y enviados a Mexico para darles sepultura. Sin embargo, siete nunca fueron reclamados.
Ignacio en ese entonces reservo un pedazo de tierra en el Cementerio de Soledad, y en su propiedad coloco a los siete braceros, para darles sepultura. Con sus propias manos, Frank e Ignacio cavaron las cruces y enterraron a estos hombres sin saber su identidad ni de donde provenían, pero quiso darles un lugar digno donde descansar.
Poco tiempo después, irónicamente, el señor Ignacio, falleció de una manera muy similar a la que los braceros, en un accidente y en llamas. Ignacio fue sepultado en ese terreno junto a los siete braceros, donde hasta la fecha se encuentran 5 cruces sin nombre. Porque al pasar de los años, dos jóvenes que venían de México buscando a sus abuelos fallecidos, y tras buscarlos por todo California, dieron con Frank, quien los llevo a las cruces sin nombre en el Cementerio de Soledad.
Ahí, los dos jóvenes pudieron colocar las lápidas con los nombres de sus abuelos, Rufino y Cristino Escobedo Haro.
Existe muy poca documentación de esta historia en el Condado de Monterey, sin embargo, el autor Álvaro Mercado, pudo hablar con ese niño que presencio la tragedia y sepulto a los braceros. Tras este suceso, el tramo de la autopista 101 al sur del condado lleva de nombre, Bracero Mermorial Highway, y un extracto de la historia está escrita en los archivos del Bracero.
Naufragio de un Avión en Los Gatos, 1948
El 28 de enero de 1948, un avión DC3 piloteado por las autoridades de inmigración estadounidenses transportaba a 28 trabajadores agrícolas braceros desde Oakland para su deportación a México.En su trayectoria, el avión se estrelló en el cañón de Los Gatos, al oeste del condado de Fresno, cerca de Coalinga. En esta tragedia, murieron todos los 28 deportados, además de la tripulación y un guardia de seguridad, dejando el saldo de 32 muertos.
La comunidad latina de Fresno enterró a los campesinos en el cementerio católico local, sin conocer la identidad de estas personas, por lo que sus nombres no figuraran en las lápidas. Fue hasta el año 2013 que una investigación revelo la identidad de estos trabajadores, y un memorial se edificó con sus nombres.